Ejemplo práctico.
Partimos de un alumno nuevo, del que no conocemos todavía detalles de su desarrollo cognitivo, alcance de sus competencias clave y evolución académica. Se encuentra matriculado en 1º de ESO.
Tras realizar la actividad vista anteriormente (tertulia dialógica), y revisar el cuaderno se observa que el alumno presenta un cuaderno con una grafía muy poco evolucionada para su edad, letras de gran tamaño, sin guardar márgenes y faltas graves de ortografía. Las frases utilizadas eran muy simples y contenían información, que podríamos considerar poco relevante en función de lo que quería expresar. Por otro lado, la expresión oral que realizó, así como todas aquellas intervenciones fueron adecuadas para su edad.
Observamos más ejercicios realizados en su cuaderno, y se repite los mismos problemas en la expresión escrita.
Pasamos el test, diseñado para la detección de dificultades de aprendizaje, obteniéndose los siguientes resultados más significativos.
El alumno presenta dificultades claras en expresión escrita y algunas dificultades en lecto – escrituras. Parece que presenta pocas habilidades visoespaciales y visomotoras. Presenta problemas que podrían ser debidos a una dislexia evolutiva.
No obstante, y hasta un análisis por parte del departamento de orientación, al que se traslada el test, se procede a trabajar con él de la siguiente manera:
Créditos:
Información obtenida del curso de «Neuropsicología y dificultades de aprendizaje» de INTEF.
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