Comienzo mi andadura en este MOOC para fortalecer mis conocimientos sobre esta metodología de Aprendizaje Basada en Proyectos.
Poco a poco voy aprendiendo a enseñar de otra manera, aunque siempre voy chocando, o al menos esa es mi sensación, contra nombres de metodologías que tienen una construcción rigurosa y, en el caso de salirte de esa línea pues ya no se sabe cuál es la metodología que aplicas.
Comencé dando clases en la antigua formación profesional, y aunque no era exactamente un ABP, la forma de trabajo en el taller pasaba por proponer la construcción de un circuito electrónico real, con aplicaciones del día a día, y enseñar a través de su fabricación los diferentes componentes, y ecuaciones que regulaban su funcionamiento.
Sin embargo, al entrar por primera vez en la Tecnología de la ESO, y encontrarme aulas de 30 alumnos y alumnas, reconozco haber caído en la tentación de refugiarme en una enseñanza más tradicional. Hay que reconocer que te da seguridad, ya que utilizas modelos conocidos durante muchos años de aprendizaje y te guías por el libro de texto. En un años empecé a sacudirme primero el libro de texto y después el enfoque didáctico.
Desde ese momento he ido acercándome a las nuevas metodologías y metodologías activas, trabajando con Moodle, Exelearning, convivencia (curiosamente relacionada con metodologías activas), ABP, Webquest, tareas, aula del futuro, etc. Todo eso asistiendo a cursos de formación o desarrollando grupos de trabajo en el centro con estas temáticas. Y en la realización de un Máster en Tecnologías digitales aplicadas a la enseñanza.
Mi primer contacto con el ABP fue en el CEP de Linares – Andújar, en un curso de formación que condujo magníficamente Miguel Ángel Ariza Pérez, un profesional de la enseñanza con una gran capacidad comunicativa, y que sin duda provoca que te sumerjas en la actividad a estudio.
He ido descubriendo como la motivación del alumnado es diferente cuando ellos elaboran un artefacto digital y lo exponen, partiendo de una búsqueda de información (seleccionando fuentes, reconociendo autorías, utilizando imágenes con derecho de uso, sintetizando la información y colaborando en grupo para matizar dicha información, etc.) más o menos guiada dependiendo de la edad.
Es una forma de trabajo más lenta, quiero decir que, desarrollándola de manera adecuada seguramente no llegues a trabajar todos los criterios de evaluación que propone la normativa, pero los aprendizajes son diferentes. Por un lado, se tocan los contenidos y se utilizan, no se realiza una memorización repetitiva, sin embargo, se recuerdan al estar relacionados con otras acciones y emociones. Eso lo hace un aprendizaje más duradero, aunque quizás menos profundo, pero con un fuerte desarrollo de las competencias clave, y también llega a un número mayor de alumnos y alumnas. Conlleva algo muy importante, y es enseñar al alumnado a aprender por sí mismo, y de esta manera poder hacerlo a lo largo de la vida.
Últimamente mi forma de trabajo se centra más en la aplicación de una secuencia de aprendizaje que parte de un reto ya definido, que suele ser la creación de un artefacto digital y su explicación, partiendo de una búsqueda de información de manera individual y una puesta en común en grupo de la información buscada. Secuencia que puede formar parte sin duda de un ABP, o considerarse ya de por sí una metodología activa. No es rigurosa, ya que la información puede llegar más o menos guiada, mediante webquest, o incluso con una clase invertida. Y el artefacto final puede ser también improvisado por el alumnado, una vez que se familiariza con el proceso de aprendizaje.
Buscamos en un mar de información … ¡Juntos llegamos más lejos!… Te presento, lo que aprendo.
Una de las cosas importantes que se suele incluir en el ABP es la evaluación entre iguales, la autoevaluación y la evaluación compartida con el profesor. Y echando mano del uso de rúbricas. Algo que se pierde sin duda en una metodología más tradicional, que suelen ser muy dependientes de pruebas escritas para valorar lo aprendido por el alumnado.
Yo pienso que una prueba escrita puede estar bien para conocer cuándo ha aprendido el alumnado, y tomarlo como retroalimentación para saber qué debo modificar para mejorar mi práctica docente.
Con esto, me presento y doy unas pinceladas de las ideas que tengo sobre el ABP y una enseñanza más tradicional.